Tierra desunida a sus polos que conspiran
todo lo que es en si falto de vida,
lucha destructiva como siempre trae su ruina
a la persona que no olvida
qué zona del sueño ayuda a perdonarse,
si hay una, u otra normalizar la fuga
en calidad de animal errante ilocalizable
todavía el perseguido por la vía
de su propia autonomía desde infinitos
círculos decisión de ánimas contiguas
dada esa desarmonía que avanza
consumiéndolo, fruto de gracia
al rincón de donde vuelvo yo
ya presto en contexto de la amenaza
siguiente sigiloso sin verte siquiera
entre más huéspedes de infierno
real a cada trago que me acabo,
a cada bocanada al lavabo o atrás.