De qué me sirve el aire si ya no te respiro,
de qué sirve la lluvia si ya no riega el huerto
que seco va muriendo cual flor en el desierto
y triste por no verte me ahogo en un suspiro.
De qué sirven mis ojos si nunca yo te miro,
si mis venas desangran a corazón abierto;
de qué sirve decirte que sufro un desconcierto
si pienso en tus abrazos y lágrimas transpiro.
De qué sirve este amor si nada lo consuela
si pasan los segundos, minutos y más horas
y cargo los pesares por tanto tiempo en vela
que espero que tus manos se vuelvan seductoras
y un lienzo de caricias pintado de acuarela
con tonos muy alegres sintiendo… ¡me devoras!