Tengo unas ganas terribles de verte,
así de simple.
Ya hace días
que no se renuevan
noticias tuyas,
quisiera dejar caer el tiempo
que pesa
en estos huesos que crujen
ya con muy poco.
Remuevo las hojas del calendario
como remuevo a veces los recuerdos
y en cada número que leo
aparece tu nombre.
Me parece curioso
este nuevo lenguaje
en que todas las cosas
incluso las más pequeñas
empiezan a parecerse
a vos
Irremediablemente.
Anoche...
soñé que yo moría,
que angustia es
sentirse una presa fácil
del odio
y que el tiempo
que nos parece eterno
de pronto se hace chiquito.
Desperté. (y eso fue lo bueno)
Pero por una extraña razón
pensé inevitablemente en vos.
Eso me preocupa más que la muerte:
Comenzar a ver
este camino tan solo,
y no terminar de entender
el por qué aquí
solamente estoy yo
imaginandote.
Pero que ganas de seguirte
viendo en las ventanas
de esas casas ajenas,
que ganas de encontrar tus huellas
en esas calles podridas
y reventadas por el hastío.
Que ganas de ponerle
tu nombre a esa esquina
que fue tan nuestra,
que ganas tengo,
que ganas absurdas
...de perderte.