Cosas que nunca os he dicho...

Confieso...

Confieso que la cama es un desierto sin ti.

Un territorio árido y hostil donde la noche cae de golpe y el silencio se hace dueño de todo.

 

Sin ti, no abriga,

solo extiende su arena blanca y me recuerda que hasta el sueño puede quedarse a medio camino.

 

Cada madrugada me sorprende intentando inventarme un oasis con lo poco que dejaste,

un olor suave, un recuerdo fugaz o esa forma tuya de quedarte incluso cuando ya no estás.

 

El desierto no miente,

tu ausencia es su viento, 

su sed, su horizonte.

 

Y en él, me adentro, 

casi a ciegas,

por si en algún punto del amanecer vuelve a brotar tu nombre.