John David

Cumpleaños número 26

Uno no termina de aprender a vivir.
La vida no es un juego,
no se resuelve leyendo a Sun Tzu.

No, uno no aprende a vivir.
Números, polvo fragmentado:
26, 27, 45… aritmética que no significa nada.

Con fortuna, lo que uno aprende
es a no huir de la vulnerabilidad,
a convivir con las fallas,
a reconocer la hipocresía
y a dejar de mirarse tanto.

Poco a poco, el “yo” se diluye,
y aparece, torpe pero sincero,
el ellos,
el ustedes,
el nosotros.

Nada de eso nace fácil.
Es casi antinatural
plantarle cara al ego.
Ente de mil caras.

Hoy, mi cumpleaños, no es una celebración,
sino un recordatorio:
la medida de la empatía,
la distancia que aún falta para abrirse más,
para pensar menos en mí
y un poco más en usted.

Hoy no es mi día.
Es el suyo.