¡Bien doblegada, la tarde!
Cansada cerró sus ojos,
Recordando ese sol que arde,
Del día, sólo despojos.
Se quitó corbata y traje,
mirándose en gran espejo,
La piel y su buen linaje,
Eran ya sólo bosquejo.
El ladrido de los perros,
Encendieron blanca luna,
pero también los luceros.
Bella noche, cuál ninguna
Soñará entre senderos,
¡Cómo enamorar la luna!
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
11/12/2025