Aquel sueño no fue más que una realidad a la que quería volver.
Aquel lugar donde esperaba lo común, apareció lo nuevo, lo desconocido.
Pieles blancas me atraen y me envuelven en un sentimiento jamás antes sentido.
Todo era perfecto para mí, pero llegaste tú...
Dándole la vuelta al mundo sólo para que yo pudiera mirarte,
mostrando la variedad de blancos que pueden existir y haciéndome ver que el tuyo es el más puro.
Abrazándome como nunca nadie lo hizo, haciendo todo por mí sin esperar nada a cambio.
No me olvides, pues en todos mis sueños te estaré buscando, esperando encontrarte nuevamente, pues tú, mi ser de luz... nunca me dijiste tu nombre.