El viaje
Dicen que cada viaje al alma es distinto:
liberador, revelador, desafiante.
Es amoroso y doloroso, confuso, salvaje y majestuoso.
Dicen que quien inicia este viaje no vuelve igual,
pues ha dejado una parte de sí aquí y allá.
Ya su corazón arde en fuego
y su mirada reconoce lo celestial.
Ya no se siente solo ni vulnerable al andar.
Ya comprende que la inmensidad está
en su voz, su mirada y su caminar.
Ya la soledad es su amiga,
el llanto su forma de limpiar,
y la noche solo trae paz.
Luisa Arciniegas