Eros Corzo Camacho

Verso Libre XIII El jardín de lo indecible

Hizo una flor en la semilla del lenguaje, haciéndose poema,
y en ese estallido primordial tú eres el origen del pensamiento
que aún no toca la palabra,
la fuerza indómita que empuja al silencio a volverse universo.

 

Mi dolor es extendido a todos los confines del mundo
sin siquiera mostrar presencia;
y mi carne, agotada de ser solo cuerpo,
olvidó que es materia mientras mis moléculas
se fundían con la naturaleza como un grito enterrado.

 

Las heridas son la decoración de la guerra impregnada a la piel;
y cada una arde como un himno de lo que fui,
como memorias que se aferran a mi sombra
para no dejarme escapar de mí mismo.

 

Pero mis raíces, hundidas y rendidas en tu tierra,
harán brotar una flor femenina que desafíe al tiempo;
y tu boca, tan pura, vuelve al pecado un mendigo que suplica
ser oración solo para tener el privilegio
de nacer en tus labios.