Poeta De La Otra Esquina

A una estrella baja.

Oh estrella, estrella,
cuídame del todo y de la nada.

Que de tu silencio surja
un rondel que pueda
contener mi verso
en su burbuja.

Que de tu silencio venza
nuevamente el viento,
como flor de otoño.

Ay, estrella, estrella,
¿ves de pura sombra
como está el olvido?
¿ves que el tallo blanco
de la música se quiebra?

Pues mi dulce estrella,
giras sin motivos,
en la inmensidad ensimismada.

Ruedas por los bordes
de la virgen noche
que es por vez primera
cada hora que pasa.

Tiemblas y me dictas
lo que eres:
titilante ser de lo que fuimos,
un presente tibio
y un mañana pronto a desgajarse.