Permíteme rozar tu piel con la caricia de un verso, y desordenar tu cabello con la levedad de un susurro.
Quiero encenderte con mis palabras, que un piropo te arranque un suspiro.
Busco poseerte en la intimidad de un poema, que mi voz resuene en tu mente con cada sílaba.
Te propongo un viaje a través de mis historias, donde la realidad se confunde con el anhelo.
Deja que mis versos te muestren un nuevo palpitar y te revelen la belleza oculta del viento.
¿Me das tu consentimiento?