JOHAN PEÑAFIEL

A MI SUEGRA EVANGELINA REYES

Hoy cumple años una mujer

a quien nunca tuve la dicha de mirar a los ojos,

pero que aun así siento cerca,

como si su presencia habitara

en cada gesto noble de su hija,

en cada bondad que dejó sembrada en este mundo.

 

Suegra querida,

aunque la vida no me permitió conocerla,

yo la honro en silencio,

porque gracias a usted existe el amor

que hoy sostiene mi camino.

 

Usted vive en la risa que heredó su hija,

en la fuerza que ella carga en el alma,

en la ternura con la que cuida,

en la valentía con la que se levanta cada día.

Y cuando la miro a ella,

sé que estoy viendo un pedacito de usted.

 

Hoy, en su cumpleaños,

elevo este pensamiento hasta el cielo

como una flor que viaja entre las nubes,

esperando que su esencia lo reciba.

 

Gracias por dar vida a alguien tan especial,

por dejar en este mundo una luz

que sigue alumbrando aun después de su partida.

 

Feliz cumpleaños hasta la eternidad.

Aunque nunca la conocí,

la respeto, la valoro,

y la llevo presente en cada latido

que comparto con su hija.

 

Porque el amor verdadero

también se hereda.