EL AMOR SUBSISTE
El amor es fluido.
Paciente espera un espacio,
una hendidura, un ángulo,
para conquistar terreno.
El amor viaja, como las esporas,
con la brisa,
se deposita en los surcos, lentamente,
y va germinando en silencio.
El amor es etéreo.
De su tejido se nutre
la materia prima que compone
todo el universo.
El amor es incansable.
Resucita una y otra vez,
retorna de las cenizas
y conquista nuevos suelos.
El amor prevalece, subsiste,
es mucho más fuerte que el miedo.
Sin armas, sin violencia,
el amor reconstruye los pueblos,
desvanece las fronteras,
levanta puentes, abre senderos.
Es el elixir del mártir,
construye un nido en su pecho,
disuelve los proyectiles,
los transforma en alimento.