Stephen D\'Avendagno

Despedida

Andrés se despidió

con una sonrisa y un abrazo.

 

¿Quién diría que no la volvería a ver?

Cumplió su promesa,

y a los 25 fue su perecer.

 

Lo que nadie sabe,

y es un secreto,

es que ese día Andrés

caminó con los ojos llenos de luz

y, con una sonrisa inquieta,

desapareció en el horizonte

junto al sol.