Me fatigan los adioses,
cuando no esperan el cambio
de semáforo y corren como
locos por las autopistas
para poder huir.
Me asustan los abrazos
que no saben cuándo pueden
volver.
No me gustan los códigos
de fiesta, porque no sabes
si es de traje elegante, o de
un simple blue jean.
Me fatiga la idea de tener
que morir.
L.G.