edgardo vilches

El poeta se sienta

Sobre los miles

de versos

que se quedaron dormidos

en el renglón

el poeta piensa

que ya no hay poesía,

porque el diccionario

de la fe,

está maniatado por la cultura

digital

que roe en silencio,

la creatividad.

 

Dispuesto

a abrir el cerrojo

que el alma

le ha puesto al destino

rompe con la verdad

racional y deja

a los ángeles

que tracen

nuevas rutas

para que los aforismos

se ventilen

y las ideas disfrazadas

de rima cuántica

puedan estallar

y las voces,

que están sometidas

por el silencio,

se rebelen,

en un acto de amor,

para elaborar las palabras

que se necesitan

en un idioma nuevo,

romántico, lúdico,

personal, elevado.

 

Para que la poesía

sea como el aire

que respira

y a la vez

la guía para vivir…

o morir.