El Indecible
(Wcelogan)
No te merezco.
Ni el temblor de mi mirada
en tus ojos de ceniza espesa,
ni el roce de mis dedos
sobre tu piel de bronce,
altar vedado a mis rezos.
No… no lo merezco.
Habitar tu memoria
es un crimen que mi sombra urde sola;
rasgar tus velos
con mi sed de navaja insaciable,
profanar tu silencio
como ladrón que conoce la hora exacta.
Aquí estoy:
hereje del amor,
maldito que avanza dejando grietas,
con las rodillas en lodo
de tanto rozar tus filos,
con el esternón en ruinas,
umbral que nadie franquearía.
Pero escucha:
aunque no sea apto para tus cielos,
aunque mi nombre no pase la aduana de tu paz,
cuando amo de verdad
—y esto lo sabes aunque tiembles—
soy torbellino:
te alzo, te giro,
te estrangulo el miedo,
y te fundo en mi incendio
como si arder juntos
fuera el único dogma.