William Contraponto

Imperio de la Naranja Podrida

Imperio de la Naranja Podrida

William Contraponto

 

En el trono del espejo dorado

posa el hombre de su propio color,

hecho emblema mal delineado

del miedo vestido de valor.

 

Prometió muros, alzó divisiones,

con gritos en vez de ideas;

hizo del engaño catecismo

y de la verdad, cosa fea.

 

El imperio viste la misma armada

que juraba haber dejado al polvo,

mas el tiempo, cínico y sin guardia,

ríe del rey que reina solo.

 

En los templos del plomo y la bolsa

resuenan voces de salvación,

mientras la naranja se calla

en el zumo amargo de la nación.

 

Pero la podredumbre cobra su precio,

y el perfume no disfraza el fin:

todo imperio que nace podrido

abre su fosa para sí.