Mi mano es la pista fiel
de un aeropuerto flotante,
ahí despega mi avión de papel
y sale disparado por el aire.
Desde esa sencilla pista
lo veo levantar su vuelo
y cuando se pierde de vista
va y lo recoge del suelo.
Avioncito de papel,
bonitos eran tus viajes,
por eso te quise hacer
estos versos que te traje.
Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.