Me aferro a tu derrota,
a tu cuerpo me conecto
inexorablemente inconexo.
Calculo el lento y ansioso
pasar del tiempo enfermo,
me curas la herida y te echas a
andar, me devuelves al tiempo
violento que desangra sangre
de horror e intolerancia.
Te escapas inexplicablemente
explicable hacia los sueños
consecuentes
inherentes,
esfumados
desvariados...
Jaher