Qué ironía descubrir
que aquello que parecía un universo
cabía en la palma de mi mano.
Hubo un tiempo en que creí en milagros torcidos,
en voces que prometían catedrales
y apenas eran un murmullo sin techo.
Pero la fe, cuando se desperdicia,
aprende rápido a cerrarse.
Un día dejé de sostener lo insostenible
y todo se vino abajo:
ahí supe que no era un gigante,
sino un pequeño truco
con aires de eternidad.
Yo seguí viva —más que viva—,
con el pulso fuerte
y la mirada limpia.
Dicen que eso duele,
que los hombres diminutos
tiemblan cuando una mujer renace
sin pedirles permiso.
No te preocupes:
el mundo no se detuvo.
Tu ausencia no hizo ruido,
ni falta,
ni eco.
A veces la realidad es cruel,
pero exacta:
hay sombras que se desvanecen
cuando la luz decide no buscarlas.
Y yo…
yo elegí la luz.
Elegí mi piel sin mentiras,
mi paso sin tropiezos prestados,
mi vida sin teatros ajenos.
Si alguna vez te quise,
no te confundas:
eso también ya se me pasó.
Porque lo que no tiene raíz
no deja huella.
Y lo que no vale,
no vuelve.
𝓜𝓪𝓿𝔂♥️
9-12-25
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