Rendida de besos cayó en las sábanas y fueron vientos de pasión salada. El amor a veces llega y otras tarda, es ola solitaria en cada mañana.
En su vientre se encendieron luces, en su pecho se enredaron algas. Por sus piernas subió un río de fuego y en su espalda se rompió el ansia.
Y el tiempo se detuvo para mirarla, su piel enrojeció mojada en savia. Por su cuello una cadena colgaba con perlas de amor, de agua y rabia.