Arubi

Viseral

 

 

Cuando mamá murió, sentí un alivio automático.

 

Fué como una liberación, como un desplieguen entre mi devenir.

 

Con ella se fué el mundo que sus ojos vieron, la vida que ella comprendió, el dolor que quizás alguien provocó.

 

Murió con ella mi dolor, mi lucha, mi niñez.

 

Se fué sin darme la cara, sin decirme nada.

 

Perdió color la vida que quiso darme a mí.

 

Y que feliz fui al fin.

 

Que ya sin espectativas también aprendí, también perdí...

 

Sin ella aquí, puedo esbozar una sonrisa al fin.

 

Ya no está mamá y todo es peor ahora.