Un Boraureño en New York
En plena incertidumbre,
entre Venezuela y USA,
el compadre y la comadre,
se fueron de rumba.
Fastidiados de Boraure,
viajaron a New York,
el frío les dio calambre,
y ahora extrañan el calor.
Por allá les ha ido bien,
abrazando familiares,
dicen, esto es un edén
de momentos estelares.
El compadre está nostálgico,
luce de lo más triston,
le ha pegado el patriotismo,
en la quinta avenida de New York.
Ahora y que se quiere venir,
la comadre no lo deja,
y le dice: ¡para de sufrir!
que ahora es que falta porvenir.
Saudi -le dice la comadre-,
aquí están, también, tus hijos
y tienes que disfrutar
con afán tus regocijos.
Olvidate de Boraure
así sea por un rato,
echa unas canitas al aire,
olvidate de tus garbanzos.
Y para completar el compadre
se metió una gran pea,
luce todo un desastre
y genera mucha pena.
Mientras, la guerra empezó,
su interin se puso lejos,
el regreso a su terruño
es un verdadero cangrejo.