Como mariposa en la noche
taciturna de las penumbras
convocando la oscuridad
para envolver los cuerpos
acercándose sigilosamente
a los dominios del tacto
de los dedos quemando las sombras
encendiendo la hoguera
del pecho desnudo
esplendoroso en la candidez de la piel
alba, como luz de conjuros
en la tentación del espacio
en la frontera del velo que cubre la entrega
Así me acerco a tu piel
exhalando tu aroma a canela
percibiendo el latido de tu sangre
excitando la alcoba
tus ojos, ingenuamente violentos
ávidos de luz en medio de la noche
estremeciendo el aliento
transformado los labios en orquídeas eróticas
estremeciendo el silencio
con tu gemido que ruge
como un océano de entrega
sobre la sábana impura donde se aloja el deseo