En el fondo de mi alma
siempre estarás presente,
porque vivo pendiente
de que encuentres la calma;
encendiste la llama
de sensación ausente,
inmenso amor ardiente
que tu atención reclama;
tu perenne elegancia,
tu caminar tan divino,
tu modesta mirada;
tu sublime fragancia,
tu luminoso camino,
que fue una llamarada...