Violeta

LA TRAVESÍA DEL CARIÑO...

 

La ribera estaba sorda y muda, 
no quería escuchar mi dolor, 
y al tropezar sobre la arena ruda, 
di con la letra C en su esplendor.

Una ráfaga gentil y corta evitó
que mi alma se quebrara
y cerca de la espuma que transporta, 
apareció la letra A en la clara.

La busqué por el suelo mojado 
porque tu imagen vino a mi mente,
 y en un guijarro al ser volteado, 
encontré la letra R sonriente.

Era el faro, con su luz serena, 
pidiéndome que no me rindiera, 
y me mostró en la espuma ajena
 la letra I que aún me espera.

Luego, el viento, con su aire dulce, 
me dejó otra pista en el camino, 
y mi mano, que ya no produce 
halló la letra Ñ del destino.

Ya mi andar, triste y lento,
 quiso el sol que no me fuera, 
y al fin encontré la O del intento
 antes de que la ola me venciera.

Con estos signos tracé 
en el borde una verdad sencilla,
 la que nunca más leeré
 pues la marea la hizo arcilla.

CariñoSincero
©Violeta