Antonio Portillo

Cuando la noche te pese

​Cuando la noche te pese,
y no encuentres el aliento,
cuando el mundo sea un eco
y tú seas sólo el viento,
​no te juzgues por caerte,
ni te midas por la herida,
que hasta el roble más sereno
llora savia por la vida.  
​Hay inviernos que no avisan
y se instalan en la piel,
pero el alma, aunque se esconda,
no se deja de encender.  
​A veces, solo resiste,
no preguntes, no comprendas.
Déjate caer despacio
sobre el pecho de la tierra.  
​Y escucha: hay un latido
que aún sostiene tu presencia.
Es la vida, que en silencio
también lucha, también reza.  
​Así, sin brillos ni cantos,
te haces fuerte sin querer.
Eres más de lo que crees.
Aunque no lo puedas ver.

 Antonio Portillo Spinola