Carlos Eduardo Antoine

...LA CARROZA (T A R O T)

La única manera de mantener un sueño intacto es nunca intentar hacerlo realidad.

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Me explicó que había múltiples corrientes en la distribución de las cartas, sus significados,… teniendo en común los aciertos conforme a las facultades adivinatorias del clarividente y, como en cualquier oficio, son relevantes el talento, perseverancia, profundidad, extensión del saber más el seguimiento de las evaluaciones.

 

Iba bien, tenía lógica, le solicité el lanzamiento más simple posible: Barajó los arcanos mayores, corte con la mano izquierda, extendió el naipe en forma de abanico y tuve que sacar tres cartas sin abrir, la primera la puse a mi derecha, la segunda al centro y la tercera a la izquierda de las anteriores. Formulé una pregunta: ¿Cómo es la relación con Cham, un chico de mi misma edad?

 

Me hizo abrir la primera carta de mi derecha, el “loco”, me habló del pasado:

 

— Tú y yo sabemos perfectamente, cual es la relación tuya con él. Nacida de una necesidad de vínculo por las particularidades de ambos, no de la chispa del amor, una hermandad entre dos “etiquetados” de distinto signo, una fusión cuasi perfecta, intrínsicamente incompatible, imposible desde el punto de vista de la pasión entre dos sexos.

 

¡Ok!, ¡ok!, le dije para que se detuviera. Y abrí la del medio, la “emperatriz”. Ahora se refería al presente:

 

—  Estás sopesando el significado de esta ligazón ya extemporánea, diluida por tu situación y los acontecimientos, mucho olvido e inconsistencia, sirve para desahogos, sostener contacto con la realidad, tener un pie en la tierra.

 

¡Ya!, ¡ya!, nuevamente interrumpí. Y abrí la última, la “carroza”. Cómo vendría el futuro:

 

—  Quieras o no, las amistades de la niñez a menudo se desvanecen con el paso del tiempo, porque aparecen los verdaderos intereses. Este es tu caso, lidiarás un tiempo quizá prolongado más, donde las diferencias se harán notorias, produciéndose un alejamiento paulatino sin el dolor de las grandes separaciones. Mantendrán el código de amistad, éste no ha sido roto por voluntad propia de ninguno de los dos; simplemente uno toma un camino obligado y el otro, uno distinto de acuerdo con sus afinidades.

 

¡Es suficiente!, iba a cambiar de tema, entonces se ausentó por  un instante, volviendo con un disfraz de reina; diciéndome, ahora viene lo mejor, esta es la parte actuada, para que reflexiones sobre esta conversación, y se puso a hablar en otro idioma, una jerigonza. Yo escapé.

Bien Samuel, en una nueva carta remitiré más detalles de este entorno poco convencional,…

 

Un beso de tu recordada amiga, Johanna.

 

PS.- Leeré tu próxima carta y sólo en ese instante contestaré ¡es lo mejor!