Ahora que contemplo bien mi estado,
entiendo bien la senda que he seguido.
Vos mismo decidiste adónde has ido,
Fabio, y ya no te escapes del pasado.
No te escapes de todo lo pisado:
Tú quisiste seguir andando herido,
regando por tus pasos lo vivido,
ignorando al cantor que te ha insultado.
Las entrañas perdiste por tu canto,
y seguiste cantando en tus dolores,
y aun sufriendo por todos tus ardores,
seguiste con tu voz y su quebranto,
y ahora que contemplas, con espanto,
tu estado en este prado, coge flores.