El placer de tu dolor, es inevitable, ver caer a quien quiso volar, con alas desechables.
Es doloroso el placer, porque el martirio es placentero, es temerle a las alturas, y admirar el rascacielos.
Esto es arrojarse al mar, sin saber nadar, y sentir como te quitan, el placer de respirar.
Así se siente para mí, el placer de tu dolor, es recordar constantemente, a quien jamás existió.
Es el ardor que disfruto, y se desliza por mis brazos, es el éxtasis que siento, mientras te estás asfixiando.
Porque eso eres para mí, el vacío de mi interior, el sufrimiento que bombea, el odio a mi corazón.
El placer de tu dolor, se ha vuelto mi droga, es reír amargamente, cuando de alegría lloras.
Es desplegar las alas, hechas con tus sueños rotos, como saltar al vacío, y nunca llegar al fondo.
El placer de tu dolor, es débil pero intenso, es danzar en el infierno, queriendo alcanzar el cielo.
Es el dolor que siento, cuando destrozan mi alma, es el placer que me invade, las veces que disparo un arma.
Son trozos de mi luz, cayendo a mi oscuridad, pedazos de mi corazón, sufriendo de felicidad.
El placer de tu dolor, se volvió insuficiente, es salvar a los injustos, proteger al delincuente.