A veces, tan cercano a la gran curva
esa, la que se esconde al horizonte
en las verdes laderas, de aquel monte
mitad del sol, se esconde y nos perturba.
Muriéndose aquel día reluciente
pareciese un presagio de un final
como norma de ritmo universal
crecerá nuevo sol, tierno, naciente.
Al otro lado del mundo despiertos
algunos van en busca de trabajo
migrando por caminos tan inciertos
rodando estiércol cuál escarabajo
contrastando con hombre en concierto
es que a veces se está arriba o abajo.
Es la ley de la vida giratoria
en uno de sus giros, muerte o gloria.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
7/12/2025