Santísimo

(Reto poético) Tres minutos hasta que me maten

Permítame, don verdugo,

no mirar

a aquello con lo que me apunta

que ya he mirado antes a su fondo

y he visto algo llorando.

 

La bala, que quizá llame

venganza o karma,

estaba sollozando. Se sentía 

la propia culpa que sentía.

¿Usted no lo vio?

Dispare, dispare ya

y sabrá como ella se sintió.