Aparecieron de pronto
iluminaron la noche,
de belleza gran derroche,
yo me quedé como un tonto;
se confundieron mis ojos,
me deslumbre con sus soles,
ay, Dios mío, qué arreboles:
caí postrado de hinojos;
yo contemplé a la primera,
bella estrella hecha de amor,
primera en mi corazón;
la otra estrella fue centella
que muy rauda se perdió
cual cometa en su fulgor...