Me miras de reojo,
encender mi copa de vino,
frío y endulzado licor,
que adormece mis sentidos.
Tomas mis manos,
y me vuelves río,
desvaneces mis miedos
con tu respiro.
Lo nuestro dejó de ser casual,
hace años.
Mi interior te pertenece,
al reconocerte como mi destino.
Y apesar que me rompieron como cristal,
dejando mis ganas de volver a amar,
abandonadas en algún lugar.
Supiste sanar lo más profundo
de mi ser abismal.
Y así como en las historias más apasionantes,
estoy en un sueño hecho realidad.
Jamás pensé vivir un idilio,
teniendo de cómplice,
esta copa de vino.
Autora: Wummie