el brujo de letziaga

¡Gloria a su nombre!

 

Reconfortado me sé,
por quien me ama, me perdona y me sonríe...
y siempre me lo dice,
que en su promesa salvadora sea creyente...

 

Luego sin pausa empiezo a alabarle...
¡Gloria a su nombre!
y nadie me oirá ya callarme,
de mi enlace con el Creador omnipotente...

 

Es algo inenarrable,
como un rayo celestial sobre los mares...
¡Qué orfebrería de luces!
¿Quién hay que de su creación no se admire? 

 

Y los ángeles del bien,
me esplenden las tres virtudes teologales,
que me serán por siempre,
la ruta a seguir hacia la eterna gloria. Amén.

 

 

Comentario de autor: Hoy es domingo, el día del Señor, y le he compuesto este poema a modo de oración. Que Dios os bendiga a todos/as...y os proteja del maligno.