Es diciembre.
La alameda guarda
sus pálidos secretos y el
tedio asoma por la ventana
del invierno.
Suena el amor hecho trizas.
Es que el amor no es eterno.
Se transforma, cambia de color,
de destino, de sueños.
Y es imposible reparar el amor,
con una lágrima.
L.G.