Su rostro alegre ansío, su mirada tierna
su presencia busco a mi lado,
solo han sido tres largos días
y ya como lo extraño!
La alegría ansiosa de la espera
se huele en la fragancia de la casa.
Todas sus incontables llegadas,
se acompañan de mágicas sorpresas.
La primera llamada…
Su voz dulce y tosca, deseosa y lejana,
encajonada en metal frío,
diciendo lo que anhelo y espero,
\"ya estoy próximo a llegar, te amo\".
La casa se va vistiendo de fiesta,
cada objeto se retira a su lugar,
en la espera de la algarabía
que con su presencia siempre llena.
…
Y las horas pasan, alguna vez fueron entretenidas,
se van transformando en angustioso paso del tiempo.
El dolor del ambiente aparece
como un reflejo del dolor en mi sien.
Qué atormenta mi cabeza, mi ser,
de esta manera tan cruel?
Inimaginable dolor, que me tortura
pero sé que él, solo él lo calmará.
La segunda llamada
Metal frío, no es la serie conocida como suya,
los números se han cambiado,
su esperada voz no es tal,
\"¿Es usted su esposa?\"
Como? Donde? Debo ir?
no puedo señorita, que dice?
Es que mi casa organizo una fiesta,
Él debe llegar y yo debo estar aquí.
...
El dolor es más intenso, que significa esto.
Amor, dónde estás, porque tardas tanto?
debo dejar la casa, espérame, por favor
ya llego e iniciamos una colorida fiesta.
…
El camino es largo, no quiero estar aquí,
la ciudad pasa, la casa se aleja.
He llegado a un lugar triste y doloroso. Es aquí.
Reconozco esto... y eso... es de mi amor también.
Él está aquí? ¿Está aquí señorita?
¿Pasar? donde? Disculpe, porque no responde?
Debo volver a casa, no me entretenga,
El llega hoy y es tarde, quizás ya me espera…
¿Con eso podré volver pronto?
¿Por qué nadie contesta? que pasa?
Señor de blanco, porque habla tanto,
puede ir al grano, tengo un amor que me espera.
Iré con usted, no entiendo que dice.
Qué pasa con esta gente,
no pueden entender que el amor es más fuerte,
que en mi casa espera la fiesta.
…
¿Está aquí? Está bien, pasó…
…
Su cara bonita, esta vez no sonriente,
su piel fría… la sentí,
la figura es la de su cuerpo... perfecto,
sus ropas, sus pertenencias, si...
Pero…
No me mira,
no me contesta,
no están sus risas,
no me abriga, no me cuida, no me ama…
Casi me convence señor…
Pero no…
No es él, él me espera en casa.
…
La tercera llamada
Nuevamente la caja de metal…
Esta vez mi voz... Es mi voz exaltada:
Oigan, sepan todos, mi amor ha llegado
y esta vez ha quedarse para siempre…
(05/05/2024)
Silvana Ibáñez
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