Si con el alma siempre encendida
nada pueden los avatares de toda una vida…
¿qué no podrá el amor después de la partida?
Si la muerte solo es eso,
la ausencia de la presencia…
¿qué no podrá la vida
trascendiendo la vida misma?
Y si el universo me lo permite…
¿qué puede hacer el infinito
ante lo que late,
es universal
y no tiene fin?
Cuando quien habita el amor,
más allá de su muerte,
lo es para siempre…
¡Porque el amor es eterno!
Y si todo lo anterior
solo es el fruto
de lo que siento en mi interior,
con lo que traje al nacer,
me sostiene y es luz en días oscuros,
cuando sea la hora de partir, de librarme de este cuerpo y retomar la corriente,
bien seguro,
que de aquí al mismo universo del que vine...
con todo ello yo me iré.