Si él no es mi destino final… que la vida me rompa y me rehaga cuantas veces sean necesarias. Que me obligue a nacer de nuevo sólo para encontrar su alma otra vez, sólo para reconocer su mirada incluso en otro tiempo, en otra piel, en otra vida… pero nunca en otro cuerpo que no sea el suyo.
Que reescriba mi historia una y otra vez, hasta que llegue el instante en que su cabeza repose junto a la mía, y así quedarnos, juntos, hasta el último día de nuestras vidas.