piotr antonin

EVOCADA

Destellos de tu voz mansa

descansan en los territorios de mi memoria

como imborrables huellas

en la arena de una playa lejana.

Reminiscencias de miradas

que deambulan en imaginarias dimensiones

estimulan por doquier los bordes de lo intrépido.

En el vano silencio, el vértigo inasible de tu presencia

es una luz sagrada que alumbra lo imprescindible.