Un espacio junto al mar,
una morada en la arena,
para olvidarme del mundo,
o para entregarme a él.
Una concha como refugio,
un simple papel para escribir,
para imaginar la historia de amor,
y sentir la ligereza del ser,
al que transporta la nube,
para que repose en la cima de la ola.
Un tiempo para los afectos,
para las fidelidades y la entrega,
un refugio para la caricia,
para la ingenuidad de un niño,
que se desnuda en la arena,
como brisa marina,
libre e inmaculada.