Carlos Baldelomar

+ ORDENANDO LA CASA +

Pasaste frente a mi puerta

uno de esos buenos días.

Aún no sé cómo entraste,

pero, si soy franco,

esta casa ya no es la misma.

 

Es como si, de repente,

uno ordenara la casa

y fuera limpiando

las roñas viejas, adheridas

a las ventanas;

como si empezara a olvidar

las perezas que cargan

las mañanas solas.

Y entonces uno siente

que puede estar en casa,

y ponerse, por fin,

su mejor camisa.

 

Y no es que uno finja

ser bueno;

pero tampoco se aguanta

tantos años viendo la silla

en la misma esquina,

llena de tantos silencios.

 

Pero lo cierto es

que he acomodado

un poco este desorden,

sacudido el polvo de los años,

para que puedas ver

lo bueno que aún guardaba.

A fin de cuentas,

quien más podría decirme

si de pronto

vos decidieras quedarte.