Jesús Ángel.

Fuera de la mente.

 

No es lo mismo hacer una tortilla de patatas,  
escuchando, oliendo y sintiendo cada momento,  
que hacerla pensando en lo que no existe  
y aún está por venir.  

Aunque ni siquiera se sepa si realmente se va a estar allí,  
ya que, por las cosas de la vida y el orden natural,  
todo puede cambiar  
en un minuto...  

¿O acaso no?  

¿Entonces? Salvo la reflexión del ayer para ver lo mejorable,  
y la planificación del después  
por asuntos que tratar...  

Aceptar no es rendirse:  
es saber por dónde poner el fuego.  

Cuando todo ha de ser lo que será,  
y, aun siendo inevitable,  
darle vueltas a la cabeza  
por asuntos más o menos graves.  

En realidad lo que no existe  
es un eco lejano, un reflejo mental sin sustancia,  
algo que te roba el tiempo,  
y lo digo porque lo he vivido  
en propia piel.  

Mejor vivir  
habitando realmente  
el aquí y ahora del momento presente,  
y comerse  
esa tortilla después.  

¿O hacerlo en el tiempo psicológico,  perdiéndose el momento presente,  sin saber lo que realmente va a ser?  Pues la diferencia no se encuentra  
en lo que dicta la mente,  
sino en el momento presente.  

Y a cada cual,  
mejor lo suyo.