Un día, la paz interior amanece como la prioridad absoluta.
De pronto, despertar y saborear una simple taza de café se transforma en un acto de profunda belleza.
Cuando la paz y el amor danzan por los rincones del hogar, esa es la verdadera plenitud.
Deseo que toda persona pueda hallar este regalo de paz y amor.
Una paz que germina únicamente desde el propio ser, y un amor que es, ante todo, el propio respeto.