El Mundo No Murió… Fui Yo
Dicen que el mundo se quedó sin oportunidades,
pero la verdad es más fea, más honesta, más mía:
fui yo el que se quebró por dentro.
Un día desperté y todo seguía igual,
las mismas calles,
las mismas luces,
los mismos sueños que le prometen futuro a cualquiera…
menos a mí.
No era el mundo el que estaba vacío,
era mi alma la que ya no tenía fuerza para tocar otra puerta,
para intentarlo otra vez,
para fingir que todavía podía con todo.
Es fácil decir que no hay oportunidades
cuando uno ya no tiene ganas de buscarlas,
cuando las decepciones te arrancan la vista
y te dejan caminando a ciegas,
con el corazón hecho polvo
y la fe hecha pedazos.
El mundo no se quedó sin oportunidades…
simplemente yo dejé de brillar.
Y cuando uno se apaga por dentro,
hasta el cielo parece oscuro,
hasta la vida parece mentira.
Pero aún así, aquí sigo,
con el pecho roto
y el orgullo doblado,
intentando encender aunque sea una chispa,
aunque sea un poco de mí,
para no quedarme muerto
en un mundo que sigue vivo.