Ícaro

Soneto I.

En sueños os ve mi alma dormida.

Mas mi ufano corazón os siente

como el dulce recuerdo viviente

de los mejores años de mi vida.

 

Sin vos muero, como vela consumida,

mi vida se apaga repentinamente

y mi enhiesta alma vaga demente,

por desoladas sendas perdida.

 

Fuisteis mi musa, mi reina, mi diosa.

Os levanté un altar, un sentimiento.

Os dediqué mis versos, mis rosas.

 

Hoy me odiais, mas no me arrepiento,

pues tornasteis mi vida en hermosa

y fuestieis la mejor forma de perder mi tiempo.