Carlos Eduardo Antoine

C R I M E N

Como no me he preocupado de nacer, no me voy a preocupar de morir

García Lorca, antes de morir

 

Toda ilusión

encierra una mentira

que daña

ensombreciendo todo alrededor,

le pone velos a la realidad,

se tropieza

y se cae como lanzado

al más insondable de los abismos

cuando se topa con la dura verdad,

que más encima

ahí está inmarcesible.

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-No recomiendo que nadie visite este lugar, porque quiera o no saldrá con heridas permanentes en su ánimo, en ello se parece a lo que le ocurre a los veteranos de guerra al volver de la horrores experimentados en el campo de batalla. Situaciones comunes verdaderas y aterradoras desde que el hombre es hombre. ¿No será esta la transmutación de animal en hombre y he ahí su inmensa bestialidad?

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EL CRIMEN FUE EN GRANADA
Publicado inicialmente en 1937, en la revista “Ayuda”,
sobre el fusilamiento de Federico García Lorca


I

EL CRIMEN

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
…Que fue en Granada el crimen sabed -¡pobre Granada-, en su Granada...


II

EL POETA Y LA MUERTE

Se le vio caminar sólo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
\"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!\"


III

Se le vio caminar...
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!


ANTONIO MACHADO