Para quienes se han encontrado no en las palabras, sino en el silencio elocuente de una mirada. Para quienes han descubierto que los ojos pueden ser espejos, libros abiertos, y puentes tendidos entre dos almas. Que estos versos recuerden que el amor más verdadero a menudo habla en el lenguaje callado de las miradas, donde no hacen falta las voces para decir todo lo que se siente.
Para ti, mi Pantera Negra.