Allí estaré, en las tinieblas de mis pasiones.
Abrazo este tiempo que me queda, para ti.
Estoy encadenada a tus amadas canciones.
Vivía en disimulos, pero jamás, yo te mentí.
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Era vergüenza, por tanto amor, lo que sentí.
Vivo la vida esperanzada, con tu fiel regreso.
Reconozco que, embriagada de fantasías, viví.
Así, también, que te he idolatrado en exceso.
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No niego que, al verme de frente, me censuro.
Las férreas voces de las dudas, aún me siguen.
Es cierto que, la duda, ofrece un futuro oscuro.
También que, las falsías, siempre te persiguen.
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¡Amor mío, ya muero, ante la idea de olvidarte.
Sufro al comprobar que, he decidido esperarte!